Esta mañana que me levanté, escuché un ruido que hace mucho que no escuchaba: la lluvia, ya hasta se me habéa olvidado como era ese sonido. Después de unas horas seguía lloviendo, aún más: me pareció un milagro que lloviera por más de media hora en esta ciudad. El chiste es que está lloviendo y tronando, y eso sí me pone alegre.